Año 1212
El ejército cristiano de Alfonso VIII, conquistó de nuevo Calatrava y tras la batalla de la Navas de Tolosa, la Orden de Calatrava volvió a establecerse en su casa madre de la villa de Calatrava y se construyó sobre el enterramiento de los que murieron tras la batalla de Alarcos una capilla, a la que llamaron de los “mártires”, pues mártires consideraron a los muertos tras la toca de Calatrava por los almohades victoriosos de Alarcos.
Año 1213
Consecuente a la edificación de la capilla antes citada y que denominaron “de los mártires”, se empezó a venerar la imagen de mármol policromada, con el nombre de Nuestra Señora de los Mártires.
Entusiasmada e infuida por todo ello, Guillermina Sánchez Oró realiza una acuarela de Nuestra Señora de los Martíres, que dona a la Orden de los Caballeros Custodios Calatrava la vieja.