Senda del Caballero

Senda del Caballero

En este apartado podrás encontrar los testimonios de algunos de los Caballeros de la Orden de los Caballeros Custodios de Calatrava

Muchos son los valores que esta Orden promueve: mantener el legado histórico español, el respecto al prójimo y a la familia, la justicia, el honor y la lealtad. También la generosidad, la piedad, el valor, el coraje, la protección del débil o del desvalido. Y uno más, que destaco especialmente: la solidaridad. Cuesta poco.

Nada me gustaría más que los Caballeros que en el futuro ingresen en esta humilde Orden lo hagan conscientes de lo que nos une y desde la moderación, la sencillez, la honestidad y la tolerancia con las diferencias, de cualquier índole.

Seamos Caballeros Custodios, en todo momento y lugar.


Por Myriam Garrido

Hacia la construcción del Reino.

Toda Orden de Caballería sugiere valor, búsqueda e ideales. Pretende contribuir a dar satisfacción a los sueños de la humanidad. Los seres humanos como hijos e hijas de Dios anhelamos algo grandioso. Imaginamos la creación de un mundo de armonía y ese espíritu nos mueve a integrarnos en una orden caballeresca. Arturo y la Tabla Redonda, el reino de Camelot. Jesús manifestó, con sus palabras y sus hechos, en qué consiste ese mundo nuevo y los esfuerzos que hay que estar dispuestos a hacer para lograrlo.

En los últimos 2000 años de historia, en la era cristiana, el mundo ha vivido un gran desarrollo. Pero aún no se ha cumplido el deseo de Dios de que su voluntad se haga así en la Tierra como en el Cielo. Todo Caballero anhela colaborar a crear el Reino, un reino de libertad, igualdad y fraternidad. Todo Caballero debe buscar incesantemente el Grial místico, que es entender, vivir y servir desde el amor verdadero. Las bendiciones del Génesis “Creced, multiplicaos y dominad la tierra”, sólo cabe entenderlas bajo ese prisma. Todo Caballero ora por estar imbuido por el amor verdadero y ser así capaz de dar armonía a la sociedad humana.

El Caballero considera a la Orden como un escalón para avanzar y llegar a ser el hijo o hija que Dios anhela desde el principio de los tiempos. Espera impulso, ofrece su compromiso y ve signos de que estamos entrando en una nueva era. El Caballero es consciente de que su perseverancia, su claridad y su amplitud de espíritu son fundamentales para cumplir su misión. Por su Patria, por el Mundo y por Dios.



Por Enrique Miguel Sánchez Motos

Puedo decir que ha sido un honor darme la oportunidad de poder plasmar unas palabras que salen desde el corazón, y que escritas se quedaran para siempre, como español y cristiano, y pensando desde dentro de mi alma, como si alguien de lo mas alto las dictara. Palabras que quedaran para siempre como en este libro tan importante de la orden caballeros custodios de Calatrava la Vieja.

Vivimos dentro de un tiempo de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del hacer por hacer, tenemos que resistir esta tentación buscando sedantes de hacer. Nos afanamos en muchas cosas, pero sin embargo, solo una es necesaria, ser antes que hacer, no está bien ser sin saber de donde venimos, y sin hacer las pequeñas cosas con amor. Si queremos realmente devolver al mundo sus raíces cristianas, si queremos recuperar esa cristiandad que poco a poco desaparece de nuestro mundo, es necesario que consagremos nuestros corazones a cristo nuestro Dios y a María. Hacer y ser sabiendo de donde venimos. Que avancemos firmes en estos tiempos de dificultad, de zozobra, de persecución y que se haga realidad que cada vez más, y que muchos corazones se consagren a cristo y María. Será la señal de que la restauración de la cultura cristiana, la vuelta de la cristiandad está empezando. Y pedir a nuestro dios un corazón de carne, frente a un corazón de piedra. En la cultura de la vida es donde nos estamos jugando mucho. Y que se debe empezar desde la base de la propia familia, desde nuestros trabajos, desde nuestros amigos y por donde vayamos pasando por esta vida, en la que estamos de paso, y que desde nuestra forma de vivir y trabajar hemos de realizar en esta línea.

Quiero contribuir a la Salvación de todos nuestros hermanos, a salvar a todos de la esclavitud de no ser uno mismo, de tener la libertad de luchar por esos valores que hoy día se han quedado atrás, que no se le da importancia, como el respeto al prójimo, a la familia, justicia, el luchar por ESPAÑA, por tu patria, ésta gran nación que ha resurgido de todas las adversidades, en la que hemos ganado todas las batallas, luchado por lo mas grande, el honor, que debe de ser la principal divisa, y que no solo es el tener mas y ser mas poderoso, sino darle importancia a la lealtad, al valor, al coraje, a la generosidad, a la protección del abatido, desanimado o desalentado. Y que solo se puede conseguir con la ayuda de DIOS.

El bien puede avanzar, pero para que el bien avance lo que hace falta es una voluntad regia, quizás mas que en otros tiempos, por que cuando se ha perdido el sentido de lo bueno, de lo verdadero, pues es mas duro, mas exigente promover el bien, y en muchas ocasiones además eso implica mayor incomprensión de la sociedad en la que vivimos, pero tenemos que seguir adelante y luchando por el bien, por que el bien va dando pasos importantes.

Que todo lo anteriormente expuesto en resumida cuenta, será un HONOR pertenecer a esta orden y ser CABALLERO CUSTODIO, que siendo nombrado Caballero de la Orden de Calatrava la vieja es una vía, una unión que se unifican todos estos criterios a realizar en el campo de batalla, que es el mundo que nos rodea, todo ese trabajo, esa unión y fuerza de todos los hombres y mujeres que forman ésta orden, con fe y la ayuda de Cristo, podemos construir una sociedad mejor, una sociedad con valores, de plenitud moral, con ayuda al prójimo para llevar esa cruz que todos llevamos encima y que sea menos pesada.

Todo sea por DIOS, por nuestros hermanos, por el bien de España y de los españoles de bien.


Por José Galiano Moreno

¿Qué es para ti una orden de caballería?

Cuando pienso en qué es o en que considero que es una orden de caballería inevitablemente pienso en tres ideas: Edad Media, congregación religiosa e Islam. En la Edad Media las órdenes de caballería significaron la unión entre la ética caballeresca y los principios y valores del monje. Pertenecer a una orden se consideraba un fuerte lazo sagrado. La fidelidad del caballero debía responder ante normas y valores religiosos. El voto de castidad, pobreza y obediencia, que regía en las órdenes monásticas, se aplicó en un principio a las órdenes militares. Con el tiempo las órdenes de caballería se fueron organizando en torno a un señor poderoso, para proteger y resguardar sus intereses. Tenían, por tanto, una función defensiva y militar, sobre todo del Islam. (Paradójicamente, esa amenaza continua latente hoy en día, quizás de una manera más sutil pero no menos peligrosa.) También tenían un carácter social, con ella compartían no solamente las labores propiamente militares, sino quehaceres cortesanos como la caza, la comida o el ocio.


¿Por qué quiero formar parte de una Orden de caballería?

Son dos los referentes que han marcado y sirven de guía a mi vida. En el plano espiritual, la fe católica, creo en Dios Padre Todopoderoso, mi creador y el creador de todas las cosas; en el plano civil y social, el referente es el amor por mi Patria, por sus costumbres, valores y tradiciones. Ambos referentes encuentran en la orden de caballería una fusión ideal. Porque la pertenencia a la orden me permite la defensa y la práctica de ambos ideales. Son los principios de la fe católica los que guían mis pasos en la defensa de mi patria, responsabilidad de todo buen español. No debo ni puedo observar pasivamente como esta sociedad, yerma en valores, destroza nuestra propia identidad, nuestras tradiciones, nuestros ideales y en definitiva nuestro amado país por los que tantos españoles a lo largo de la historia han dado sus vidas. Pienso en las nuevas generaciones, en mis hijos y me veo en el deber de preservar y engrandecer para ellos mi amada España, patria que hoy se desangra en absurdos separatismos, enloquecidos populismos y un rabioso anticlericalismo que bajo un absoluto relativismo moral disfraza bajo la apariencia de una falsa tolerancia la imposición de los más absurdos y destructivos principios. La orden me permite, desde el papel que desempeño en la sociedad, madre de familia en el ámbito privado y profesora en el laboral, la defensa y contribución al engrandecimiento de España y al mismo tiempo a ser testimonio vivo de Cristo en la Tierra.


Por María Lourdes Marín García-Cervigón

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